Jacinta Marto

2020, 100 años del aniversario del fallecimiento de Santa Jacinta Marto. 


Con el advenimiento de este año 2020 se cumple el aniversario de los 100 años del fallecimiento de Santa Jacinta Marto.

El 20 de febrero de 1920 partía llevada por la Santísima Virgen al Cielo.

Santa Jacinta Marto fue la pastorcita de Portugal a quién se le apareció la Virgen de Fátima en Cova de Iría, junto a Francisco, su hermano y Lucía Dos Santos, su prima, un 13 de mayo del año 1917.

A finales de octubre de 1918, Francisco y Jacinta enfermaron, casi al mismo tiempo. Yendo a visitarlos Lucía encontró a Jacinta en el auge de la alegría.

Esta le explicó la causa: “- Nuestra Señora nos vino a ver, y dice que enseguida viene a buscar a Francisco para llevarle al cielo. A mí me preguntó si todavía quería convertir más pecadores. Le dije que sí. Me dijo que iría a un hospital y que allí sufriré mucho; que sufriese por la conversión de los pecadores, en reparación por los pecados contra el Inmaculado Corazón de María y por amor a Jesús.

Pregunté si tú ibas conmigo. Me dijo que no. Esto es lo que más me cuesta. Dice que irá mi madre a llevarme y que después quedaré allí solita.” (Cf. “Memorias I” pág. 26; De Marchi, pág. 238; Whalsh, pág. 206; Ayres da Fonseca, pág. 153).

Reproducimos a continuación unas palabras de la Santita que más llaman la atención por su carácter profético: “Sobre la guerra” “Nuestra Señora dice que en el mundo hay muchas guerras y discordias. Las guerras no son sino castigos por los pecados del mundo. Es preciso hacer penitencia. Si la gente se enmienda, Nuestro Señor todavía perdonará al mundo; pero si no se enmienda, vendrá el castigo. Nuestro Señor está profundamente indignado con los pecados y crímenes que se comenten en Portugal.

Por eso, un terrible cataclismo de orden social amenaza a nuestro país, y principalmente a la ciudad de Lisboa. Se desencadenará, según parece, una guerra civil de carácter anarquista o comunista, acompañada de saqueos, asesinatos incendios y devastaciones de toda especie.

La capital se convertirá en una verdadera imagen del infierno. Cuando la Divina Justicia ofendida inflija tan pavoroso castigo, todos aquellos que lo puedan hacer huyan de esa ciudad. Este castigo ahora predicho conviene que sea anunciado poco a poco y con la debida discreción.” (Cf. De Marchi, pág. 289 y 290; Walsh, pág. 227).

“Si los hombres no se enmiendan, Nuestra Señora enviará al mundo un castigo como no se vió igual, y, antes que a otros países, a España.” (Cf. De Marchi, pág. 110).

Jacinta hablaba también de “grandes acontecimientos mundiales que se debían realizar hacia 1940.” (Cf. De Marchi, pág. 110).   

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